Seminario Internacional sobre Cambio Climático
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Soluciones innovadoras que podrían cambiar el mundo mediante el desarrollo sostenible
Hoy en día cada vez son más las empresas y organizaciones incluyen entre sus objetivos actuaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Conscientes de las consecuencias que producen las actividades humanas, las ciudades y las propias comunidades. De la misma manera, la población está mucho más concienciada sobre la importancia de realizar un cambio que favorezca un desarrollo sostenible para todos.
El objetivo que persigue el desarrollo sostenible está basado en asegurar las necesidades presentes sin comprometer las futuras. No se debe olvidar que el cambio climático no solo incide en la variabilidad climática, sino en la estabilidad de los ecosistemas, los servicios ecosistémicos y en las dinámicas sociales y económicas. Por todo ello es necesario asegurar el buen futuro de las siguientes generaciones.
Hoy en día podemos observar numerosos ejemplos que han incluido en sus objetivos el desarrollo sostenible y sustentable. Casos como el de la empresa indonesia Avani Eco Bags, que ha creado una ingeniosa solución para minimizar el uso del plástico. Su proyecto consiste en la sustitución de las bolsas de plástico convencionales por unas bolsas hechas con fibras vegetales de yuca y resina natural, materiales biodegradables que se descomponen en cuestión de meses y se disuelven en agua.
Otro ejemplo de desarrollo sostenible sería la nueva tendencia que se está llevando a cabo en el terreno de la arquitectura. Tiene por nombre “Arquitectura bioclimática”, y se basa en el diseño de edificaciones teniendo en cuenta las condiciones climáticas de su ubicación y entorno, con el fin de aprovechar al máximo los recursos disponibles. Ejemplo de esta tendencia es la vivienda localizada en Tenerife realizada por el estudio Ruiz Larrea y Asociados. Esta vivienda explora las ventajas bioclimáticas de una estructura agrícola suficientemente sancionada en el tiempo y el espacio como las Gerias canarias para la producción de vino. Y no es el único ejemplo de arquitectura bioclimática en España. Aquí hay más.
También en el terreno de la arquitectura se están desarrollando otras iniciativas que buscan aprovechar al máximo todos los medios disponibles preexistentes. La guardería Patufet, por ejemplo, era un antiguo edificio del ejército en ruinas rodeado de descampados y fábricas limitadas por vías rápidas. El estudio Baas Arquitectura planteó un proyecto en el cual aprovechan al máximo la luz del sol y utilizan materiales que aíslan de la temperatura exterior, minimizando así el uso de recursos. Esta es otra muestra de que hay futuro para una arquitectura sostenible y cooperativa para reactivar ciudades.
En definitiva, podemos afirmar que cada vez son más las empresas que se suman al desarrollo sostenible con la intención de mejorar la calidad de vida de los seres humanos.
Deforestación, los bosques desaparecen
La teledetección es fundamental para medir la deforestación o pérdida de bosques. Los países no necesitan sus propios satélites, pero sí necesitan formación.
La Cordillera Azul se extiende hacia el este desde las estribaciones de los Andes. Estas montañas aisladas cubren miles de millas cuadradas y sus ricos bosques fueron declarados parque nacional en 2001. Sin embargo, los bosques que rodean el parque nacional se están convirtiendo rápidamente en carreteras, plantaciones de cultivos comerciales y otros proyectos de desarrollo. Para sobrevivir, el Parque Nacional Cordillera Azul necesita dinero y cree que una solución a largo plazo será REDD (estrategias para reducir las emisiones por deforestación y degradación de los bosques).
Para calcular el carbono extra que se libera cuando un bosque es talado o degradado, debemos saber con precisión qué área se ve afectada y debemos estimar la cantidad de carbono que almacena ese bosque. La calidad de estos datos podría hacer o deshacer las iniciativas REDD. Los satélites han estado monitoreando la cubierta forestal desde la década de 1990 a nivel mundial, nacional y regional, proporcionando datos para mapas de cubierta forestal. Brasil e India han estado mapeando sus bosques durante más de una década.
La deforestación a gran escala, es decir, en parcelas que se extienden por más de 25 hectáreas, se detecta fácilmente utilizando imágenes satelitales de sensores como los espectrorradiómetros de imágenes de resolución moderada (MODIS) de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los EE. UU. (NASA). Los parches más pequeños se pueden detectar utilizando satélites que ofrecen imágenes de mayor resolución, como las utilizadas por el Proyecto de Monitoreo de la Deforestación del Amazonas de Brasil, PRODES. Los puntos críticos de deforestación, una vez identificados, pueden examinarse más detenidamente mediante observaciones terrestres o aéreas.
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8 consejos para respirar aire más limpio y disminuir la huella de carbono
¿Sabes cuál es el impacto que tiene dejar enchufado el cargador del móvil? ¿Y cuánto contamina un microondas? Nuestra huella de carbono es la que indica la cantidad de CO2 y otros gases de efecto invernadero que emitimos de forma individual. Es una forma sencilla de medir el impacto que una persona genera —directa o indirectamente— en el planeta en su día a día. Se trata de un recuento de la cantidad de emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) calculadas en unidades de dióxido de carbono que se liberan en la atmósfera de acuerdo a sus actividades diarias en la vida cotidiana.
Desde Get Up and Goals! queremos contribuir a disminuir la huella de carbono. Es por ello que hemos recopilado una serie de consejos sobre cómo reducir nuestra huella de carbono, mediante la disminución del CO2 y otros gases de efecto invernadero que emitimos en exceso.
Ahorra energía
Es común que dejemos los cargadores enchufados, aunque no se estén usando. Si lo dejamos conectado seguimos consumiendo energía. Sucede lo mismo con el resto de productos electrónicos que mantenemos conectados: televisión, ordenadores, aparatos de música… El sencillo gesto de apagar las luces o los aparatos que no vayamos a usar en un espacio de tiempo razonable reduce el consumo y, por lo tanto, las emisiones.
1. Consume productos locales y de temporada
Al consumir productos locales y de temporada se evitan traslados grandes de mercancías y se disminuye la huella de carbono, se genera el comercio justo y se mantienen activas las tierras agrícolas de nuestra localidad.
2. Utiliza bolsas de tela cuando vayas al supermercado
Las bolsas de plástico tardan alrededor de 150 años en degradarse. A estas alturas, todos sabemos que uno de los mayores enemigos del planeta y los ecosistemas son los desechos plásticos. Cuando vayas al supermercado, puedes utilizar una mochila o bolsas de tela o que además de ser reutilizables, son más resistentes.
3. Las 3 R`S
Recuerda usar las 3R de la ecología, así que reduce lo que consumes, teniendo un consumo responsable, reutiliza todos los materiales que puedas todas las veces que puedas y, por último, recicla los materiales que son reciclables, llevándolos a los contenedores correspondientes o a puntos limpios.
4. Menos plástico
Reducir la demanda de plástico reduciría las emisiones, especialmente si se combina con energía renovable. En lugar de comprar botellas de plástico, utiliza termos o botellas de vidrio que puedas lavar y reutilizar miles de veces, ayudando así miles de veces al planeta. Podemos utilizar bolsas y tapas de silicona en vez de usar papel film para tapar alimentos y tuppers de plástico para guardar alimentos.
5. Usa alternativas de transporte
Seguro que en muchas ocasiones basta con que dediquemos un momento a pensar en la distancia del desplazamiento que tenemos que hacer antes de salir de casa. Puede que muchos de ellos no necesiten que movamos nuestro vehículo, y haciéndolo, solo estamos consiguiendo enviar CO2 de más a la atmósfera. En otras ocasiones, la bicicleta o el transporte público pueden convertirse en una alternativa más ecológica y económica.
6. 21 grados en el termostato
Hoy en día somos muy afortunados de poder disfrutar de calefacción en nuestras viviendas, pero eso no significa que tengamos que abusar de ella cuando, en el exterior, el termómetro está en valores negativos. En invierno, si hay que ventilar la casa, cierra la calefacción antes de abrir las ventanas. También es recomendable regular el termostato a 21 grados, una temperatura más que agradable para poner. Además, ahorrarás más, ya que, por cada grado de más, el consumo aumenta en torno al 7%.
7. Cocina con cabeza y de forma eficiente
Son muchas las ocasiones en las que podemos ajustar el gasto de electricidad o gas. Por ejemplo, si estamos preparando algo en el horno, recuerda que podemos apagarlo unos minutos antes de que la comida esté lista, se terminará de hacer y se mantendrá caliente con el calor residual. Y si tienes que calentar algo ya hecho, es mejor usar el microondas en su lugar, consume menos (energía y dinero).
8. Reducir la ingesta de carnes
National Geographic publicaba esta semana un artículo sobre este mismo tema. En él, la revista explicaba que reducir el consumo tanto de carne como de productos lácteos podría reducir en dos tercios la huella de carbono de los alimentos que consumimos. El estudio titulado The global impacts of food production y publicado en 2018 en la revista Science por científicos de la Universidad de Oxford, apuntaba a un dato muy significativo: al menos un 25% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, corresponden al sector de la alimentación.
Desarrollo sostenible vs desarrollo sustentable
A menudo hablamos del desarrollo sostenible y, en menos medida, del desarrollo sustentable. En ambos casos, se podría tener una idea de a qué nos estamos refiriendo por contexto o por sentido común. Lo cierto es que los dos nacen de una necesidad innata en el ser humano: la supervivencia como especie.
El origen de la confusión entre un término y otro está en un error de traducción del Informe Brundtland publicado en 1987. Se trata de un estudio donde se abordan las distintas posturas acerca del desarrollo económico y su relación con la sostenibilidad ambiental. El informe alertaba de las consecuencias medioambientales negativas del desarrollo económico y la globalización y trataba de buscar posibles soluciones a los problemas derivados de la industrialización y el crecimiento de la población. Cinco años más tarde, en 1992, se celebró en Brasil la conocida como Cumbre de la Tierra, una conferencia organizada por las Naciones Unidas en Ambiente y Desarrollo que, entre sus resoluciones, adoptó la idea de que el desarrollo sostenible debía abordarse desde un punto de vista legal. En esa cumbre se hablo de «sustainable development» y «desenvolvimento sustentável«, es decir, desarrollo sostenible, en inglés y en portugués, respectivamente.
El error de traducción hizo que se empezara a hablar de desarrollo sustentable en vez de sostenible, como si fueran sinónimos. Una confusión que se ha ido arrastrando hasta a día de hoy y que complica la interpretación de los términos.
¿Qué es el desarrollo sostenible?
Cuando hablamos de desarrollo sostenible estamos haciendo referencia a un tipo de desarrollo o crecimiento que consume los recursos naturales por debajo de la tasa de regeneración.
¿Qué es el desarrollo sustentable?
Un desarrollo sustentable sería algo distinto a sostenible, sustentable quiere decir que necesita a alguien o algo que lo sostenga o mantenga para poder funcionar. Cuando hablamos en términos ecológicos, lo normal es referirse al desarrollo sostenible. #teach4globalgoals, #yoeducoenciudadaniaglobal
Iniciativas comprometidas con los ODS y el medio ambiente
El compromiso de los ciudadanos con el medio ambiente es cada vez mayor. Hoy en día surgen muchas iniciativas derivadas de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) centradas en la recogida de envases, limpieza de basura de las playas, etc.
Un ejemplo lo encontramos en los más de 20.000 voluntarios que se han sumado al Proyecto Libera, de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, para limpiar los espacios naturales de basuraleza, retirando más de 100 toneladas de residuos abandonados en distintos entornos. Con ello, además de dar un ejemplo de civismo, contribuyen a alcanzar el ODS 15, ‘Vida de los ecosistemas terrestres’.
Otro ejemplo, esta vez relacionado con el ODS 14, ‘Vida submarina’. Upcycling the Oceans, una iniciativa pionera de Ecoembes y la Fundación Ecoalf que quiere acabar con la basura de los fondos marinos en España. Más de 3.700 pescadores recogen los residuos que encuentran en el mar cuando salen a faenar y los depositan en los contenedores que hay en los puertos para que puedan ser reciclados. Gracias a ello, en los mares ya hay 140 toneladas menos de residuos.
Pero, además de retirar la basuraleza, es imprescindible concienciar y educar a los más pequeños para que aprendan a cuidar del planeta. Para lograrlo, contribuyendo al ODS 4 ‘Educación’, más de 850 docentes de primaria se han sumado a Naturaliza, una apuesta por la educación ambiental, para educar activamente en valores ambientales a los niños y niñas, acercándoles también la importancia de cuidar del medio ambiente. #teach4globalgoals, #yoeducoenciudadaniaglobal
Climatetrade, ‘blockchain’ para luchar contra el cambio climático
Los bonos de carbono son un componente clave de los esfuerzos nacionales e internacionales para mitigar el incremento de las concentraciones de gases del efecto invernadero (GEI). Creados con el Protocolo de Kyoto en 1997, son un instrumento para que personas, empresas, gobiernos y particulares puedan financiar iniciativas que pretenden compensar su huella de carbono. Climatetrade es una de las empresas que está encabezando este movimiento.
La plataforma de Climatetrade está basada en blockchain que permite invertir en créditos de carbono de forma descentralizada, es decir, financiar proyectos sostenibles sin intermediarios y con total transparencia. Actúa como un “marketplace B2B de proyectos verdes”, un espacio donde las empresas se ponen en contacto con la plataforma para elegir en qué iniciativas ponen dinero. ¿Cómo funciona? Las organizaciones calculan las emisiones generadas en una o varias partes de su cadena de valor para posteriormente compensarlas con diversas iniciativas repartidas por todo el mundo. Proyectos que no solo se centran en las emisiones, sino también en otros aspectos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU como la protección de ecosistemas naturales o la biodiversidad.
El valor diferenciador de la plataforma es la utilización de tecnología blockchain y su experiencia de usuario; sencilla y atractiva, conectando peer-to-peer a los desarrolladores de proyectos de mitigación con empresas y consumidores, eliminando, por primera vez la figura del broker.
Empresas como Correos o Meliá Hotels International ya han llegado a un acuerdo con la plataforma valenciana. En el caso de la empresa hotelera, con la Climatetrade sus clientes podrán compensar la huella de carbono intercambiando los puntos Meliá por créditos de CO2.
Ciudades esponja como medida para frenar al cambio climático
El concepto de “Ciudad Esponja” representa un buen ejemplo de la mejora de los suministros de agua urbanos de soluciones basadas en la naturaleza (SbN) a gran escala, basado en gran medida en la aplicación de enfoques de infraestructura verde en paisajes urbanos, principalmente para mejorar la disponibilidad de agua.
En China, cada año, más de tres millones de personas son víctimas de las inundaciones. Este problema ha hecho que investigadores chinos planteen una solución cuanto menos curiosa: convertir sus ciudades en «Ciudades Esponja» para hacer frente al cambio climático.
La principal característica de las «Ciudades Esponja» es que el suelo se está cambiando por un tipo de superficie cuya tecnología permite absorber las lluvias y aprovecha el agua para usarla a favor de las ciudades y no en su contra.
Los suelos esponja son estructuras de pavimento permeables, ladrillos especiales o adoquines porosos que pueden absorver la lluvia desde la carretera, los tejados o incluso aparatos de aires acondicionados.
La aplicación de soluciones basadas en la naturaleza, como techos verdes, pavimentos permeables y biorremediación, junto con la restauración de humedales y ríos urbanos y periurbanos, buscan mitigar los impactos negativos de la urbanización sobre los ecosistemas naturales.
Los jardines pluviales y los sistemas de biorretención se utilizan para recolectar la escorrentía y eliminar ciertos contaminantes. Parte de esta agua se regresa al sistema natural y se almacena para garantizar la disponibilidad de agua para fines de riego y limpieza durante los períodos de sequía.
La iniciativa de ciudades esponja surgió en China, país que tiene actualmente el ambicioso objetivo de lograr que en el año 2030, el 80% de sus áreas urbanas absorba y reutilice al menos el 70% del agua de lluvia. Y no es la única ciudad que se prepara para el cambio climático.