El cambio climático afecta a todas las regiones del mundo. Los casquetes polares se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo. En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes, y en otras se registran olas de calor y sequías.

El clima del planeta Tierra siempre ha estado cambiando pero desde hace un siglo la tendencia hacia el calentamiento global es mucho más alarmante. A la comunidad científica le preocupa que la fluctuación natural, o la variabilidad, esté siendo superada por un calentamiento rápido provocado por el ser humano, el cual tiene serias implicaciones para la estabilidad del clima del planeta.

Según este artículo publicado por la BBC,  un equipo internacional de investigadores del clima han explicado en un artículo de la revista Asuntos de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS, de sus siglas en inglés), de Estados Unidos, que el calentamiento esperado en las próximas décadas podría convertir en nuestras enemigas a algunas de las fuerzas de la naturaleza que nos protegen en la actualidad.

Cada año, los bosques, los océanos y la parte superficial de la corteza terrestre absorben alrededor de 4.500 millones de toneladas de carbono que, de otro modo, terminarían en nuestra atmósfera y aumentarían las temperaturas. Pero a medida que se experimenta el calentamiento global, estos sumideros de carbono podrían convertirse en fuentes de carbono y empeorar de manera significativa las consecuencias del cambio climático.

El informe especial del IPCC publicado en octubre de 2018, a cargo del principal organismo internacional para la evaluación del cambio climático, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En este informe, el IPCC advierte de que, si queremos evitar las consecuencias catastróficas del calentamiento global no debemos alcanzar el aumento de la temperatura de 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales, o al menos no superarlo. El informe presenta las considerables diferencias existentes entre las situaciones hipotéticas de que se produzcan aumentos de 1,5 °C o de 2 °C.

El informe de IPCC afirma que si trabajamos para limitar el aumento de las temperaturas medias globales a 1,5 °C, podríamos, por ejemplo:

  • Reducir en varios cientos de millones el número de personas expuestas a riesgos relacionados con el clima y susceptibles de sufrir pobreza en 2050.
  • Proteger a 10 millones de personas frente a los riesgos relacionados con el nivel del mar, y reducir la proporción de la población mundial expuesta a un aumento del estrés hídrico a un 50%, o una de cada 25 personas del planeta.
  • Pero lo que quizá sea más importante es que el informe del IPCC da al mundo un plazo claro para evitar la catástrofe: de aquí a 2030 debemos reducir las emisiones de gases con efecto invernadero a la mitad de su nivel en 2010 para no alcanzar el aumento de 1,5 °C. Por tanto, nuestros gobiernos deben tomar medidas de forma inmediata para dar un cambio de rumbo.

El cambio climático nos afecta a todos y cada uno de nosotros. No se trata de un fenómeno únicamente ambiental, sino que además tiene graves repercusiones sociales y económicas. El impacto y las consecuencias que se manejan y que ya se están comenzando a ver son muy graves.

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