Especies migratorias sometidas al cambio climático

Desde el oso polar, al koala. El cambio climático ya afecta a más de un millón de especies que actualmente están en peligro de extinción. El incremento de las temperaturas, los descontrolados incendios, el aumento del nivel del mar… ¿Cómo reacciona la fauna ante estos cambios?

Si pensamos en una especie que está sufriendo las consecuencias del cambio climático, nos imaginamos a un oso polar sobreviviendo en un polo norte cada vez más caliente. Sin embargo, nos sorprendería la cantidad de especies que se ven afectadas a día de hoy, un total de 14 animales: delfín del río, foca monje, ballena azul, pingüino emperador o las abejas… Tras la última oleada de incendios en Australia, se calcula que al menos 1.000 ejemplares de koalas murieron (se cree que solo existen entre 100.000 y 200.000 a día de hoy).

Recientemente, y tras la celebración de la 13˚ Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS COP13), a esta lista se han sumado 10 especies migratorias que quedan bajo protección internacional. Entre estas especies destacan los elefantes asiáticos, los jaguares y las grandes avutardas indias, junto con el sisón bengalí, el sisón común, las avutardas pequeñas, el albatros de las antípodas y el tiburón oceánico de puntas blancas.

La sexta extinción

Desde los tiburones ballena hasta las mariposas monarca, muchos animales están acostumbrados a migrar a lo largo de rutas transnacionales en busca de alimento o un área de reproducción. En los últimos años, la actividad humana, la contaminación asociada y el cambio climático inducido por el hombre han estado reduciendo y alterando hábitats de forma acelerada. Muchas especies migratorias dependen de ecosistemas vulnerables, como los humedales, en su camino hacia su destino final.
Ya se habla de la sexta extinción en la historia del mundo, la primera en la que el componente humano es un factor detonante. Anteriormente, las causas de extinción se corresponden a meteoritos y erupciones volcánicas.