La primera granja flotante sostenible

No estamos ante un episodio de Black Mirror. La primera granja flotante del mundo es real y se encuentra en Rotterdam (Holanda). La estructura de 900 metros cuadrados y distribuidos en tres pisos que flotan sobre el mar se denomina Floating Farm. Se trata, ni más ni menos, de una granja urbana, sostenible y equipada con la última tecnología robótica. La idea es que la granja funcione de la forma más autosuficiente y circular posible. Es un ejemplo de cómo la tecnología se alía puede aliar con la sostenibilidad y el bienestar animal.

Una granja sostenible

Actualmente, la granja alberga 32 vacas que serán ordeñadas por robots. En principio, Floating Farm será capaz de producir 800 litros de leche al día, aunque la intención es que se construyan más.  En esta granja todos los procesos se incluyen en el ciclo de la reutilización. Es un espacio autosuficiente, es decir, cuenta con paneles solares encargados de proporcionarles la energía necesaria, posee un mecanismo que captura el agua de lluvia en el techo y luego la purifica, y dispone de robots de leche y abono. Dentro de la granja flotante, las vacas pueden disfrutar de un espacioso establo con grandes puestos y también tienen la opción de caminar en el campo vecino, si así lo desean.

La mayoría de los alimentos para el ganado provienen de la ciudad e incluye granos de cerveza, salvado, raspadura de patatas y hierba procedente de campos de juego y de golf. Las vacas transforman estos “productos de desecho” en productos lácteos saludables que estarán a la venta para todos los consumidores y residentes locales. Y para cerrar el círculo,  el abono también será reutilizado. Se empleará como nutriente para las plantas, jardines y parques de la ciudad de Rotterdam.

¿Cómo surge la idea de Floating Farm? Todo comenzó después del huracán Sandy, cuando el creador, Peter Van Wingerden, se percató de que las mercancías básicas no llegaban con suficiente rapidez a los clientes. Las inundaciones habían paralizado los transportes y no conseguían que los productos permanecieran frescos. Además, esta granja flotante hace una importante contribución para reducir la pérdida de alimentos y la contaminación  al evitar el transporte desde la producción de alimentos a los consumidores.

La gran amenaza: el cambio climático

Rotterdam se encuentra situada en una zona muy expuesta al agua. La subida del nivel del mar a la que ya estamos asistiendo, será aún más perceptible dentro de unos años con el avance del cambio climático. Con esta granja, la ciudad holandesa pretende prepararse para el futuro ya que, gracias a estos edificios flotantes, la producción de alimentos podría seguir siendo posible a pesar de las inundaciones.